miércoles, 30 de octubre de 2013

Agonía en el bosque


- ¡¡No puedo más!! Tengo que pararme - dijo el elfo totalmente exhausto-.

Una nueva oleada de dolor le recorrió el costado derecho. Respiraba con dificultad y chorros de sudor le surcaban todo el cuerpo empapando sus maltrechas ropas. Se exploró lo mejor posible la herida, de la que brotaba un continuo hilo de sangre. No tenía buena pinta, los bordes de la piel se estaban oscureciendo tomando un color verde oscuro. 

El elfo se acurrucó tras uno de los enormes pinos que poblaban el bosque Sombrío. Dejó caer su espalda sobre el tronco e intentó tomar aire. Estaba tan aturdido que no sabía cuánto tiempo llevaba corriendo. Cuando los esqueletos atacaron su aldea, él había intentando defender su casa pero una de las criaturas lo había apuñalado sin piedad. La batalla no había durado mucho, los no-muertos habían llegado como una brisa nocturna, silenciosos y veloces. A los guardias no les había dado ni tiempo de dar la voz de alarma, en cuestión de un instante se les echaron encima. Eran unas bestias crueles, ni tan siquiera gritaban o vociferaban como hacían los bandidos normales, solo se oían los ligeros roces y tintineos de los oxidados trozos de armadura contra el duro hueso. Casi imperceptibles, como sombras letales que traen la muerte. 

El bosque Sombrío estaba extrañamente silencioso aquella noche, no había grillos ni búhos amenizando los alrededores como era habitual. Algo había asustando a los árboles. El elfo se dio cuenta, al observar los árboles que le rodeaban, que sus ramas se mecían lánguidas y sin firmeza y la corteza de los robles y pinos había tomado un enfermizo color gris mortecino. No quiso aceptarlo pero lo cierto es que se encontraba totalmente perdido y eso que había pasado más de doscientos años viviendo en aquellos bosques. 

- ¿Por qué soy incapaz de encontrar el camino? -se preguntó a sí mismo sin alzar mucho la voz- Juraría que por aquí he pasado antes…
Entonces reparó en el suelo. La alfombra verde que cubría el bosque se había convertido en un montón de quebradizos tallos de color marrón. Todo era increíblemente diferente, era como si alguien estuviera robando la vida al bosque. El sudor le empapaba la piel, y se dio cuenta del tremendo calor que hacía aquella noche. Un calor anormal, jamás había sentido tanto sofoco viviendo en aquel lugar…sería la herida <¿Me estaré muriendo?> pensó…
 Entonces escuchó crujir una rama muy cerca. 

Instintivamente, gateó hacia el arbusto más cercano y se hizo un ovillo para no ser visto. Entre las ramas aún podía ver el árbol en el que hacía unos segundos estaba apoyado. Una sombra surgió de la maleza e hizo crepitar la hierba muerta bajo sus pies. 

El elfo ahogó un grito tapándose la boca con ambas manos…aquello que veía no podía ser verdad, esa criatura no existía, eran cuentos que las viejas usaban para que los niños no protestaran al irse a la cama. 

Notó como las piernas le empezaban a temblar sin control y se las aferró rodeándolas con sus brazos intentando controlar los espasmos. Con "eso" cerca no podía permitirse hacer ningún ruido. Pero <¿De dónde ha salido?> se preguntó. 

La horrible figura olfateaba el aire girando la cabeza de un lado a otro, sabía que estaba allí… ¡Lo buscaba!

El ser surgido del bosque tenía el rostro arrugado y lleno de llagas supurantes. Tenía ojos pequeños, brillantes con un ligero color rojizo que reflejaban la escasa luz como hacen los gatos en la noche. Su nariz había dejado de existir y en su lugar había dos orificios, oscuros y huecos. No era más alto que un ser humano normal y vestía con restos de ropa pútridos y raídos que antaño bien pudieron ser una lujosa toga de mago. Iba descalzo y la hierba se marchitaba bajo sus pies desnudos. 
El elfo había oído mil y una historias sobre el liche. Según las ancianas de su tribu, antaño habían sido magos poderosos, normalmente de fuego. Pero las ansias de poder los habían llevado a hacer tenebrosos pactos con la muerte. Al principio experimentaban con animales pero pronto se dieron cuenta que los seres inteligentes tenían gran cantidad de magia acumulada que se les podía robar. Pasaron de ser magos respetados a convertirse en temidos asesinos. Extraían toda la magia de sus víctimas hasta llevarlos a la muerte. Con el tiempo perdían todo rastro de humanidad pues eran incapaces de sentir nada, tan solo una inmensa sed de magia que solo podía ser saciada con muerte. 

- Muerteeeeee, magiaaaaaa - susurraba el liche. 

Las ancianas contaban a los niños que si no se dormían cuando asomaba la luna, vendría el liche para llevárselos. De ese modo, los inocentes críos obedecían sin rechistar. Hazte el dormido o duerme -decían las ancianas- así el liche pensará que has muerto, que no tienes magia y pasará de largo. 

-Muerteeee, cercaaaaa. 

Siempre que se recordaban estas historias había quien aseguraba haberse topado con un liche e incluso que había estado a punto de ser atrapado. Todos los que relataban estos encuentros, coincidían en una cosa… frío, el tacto del liche era tan frío que congelaba el alma. Muchos decían que era lo último que sentían sus víctimas antes de morir. 
El elfo se limpió los ojos, el profundo miedo que sentía lo habían llevado a un silencioso y amargo llanto. Se intentó convencer de que tal vez era un no-muerto extraviado y que pasaría de largo. Pero su instinto le decía otra cosa, podía sentir el aura negra de la criatura. Lo volvió a oír susurrar.
- Muerteeeeee, te huelooooo.
Tras decir eso, el liche giró su cabeza bruscamente en un ángulo imposible, con un movimiento que hubiese roto el cuello a cualquier ser vivo y miró fijamente el seto tras el que se ocultaba. Los ojillos rojos de la criatura brillaron con malicia y caminó hacia el escondite del malherido elfo. 

<¡Me ha visto, me ha visto!> gritaba mentalmente, entonces en un momento de lucidez desesperada recordó lo que decían las viejas: "Duérmete o hazte el dormido".
El elfo se tumbó de medio lado y cerró los ojos con fuerza mientras su corazón quería salirse de su pecho. Escuchó los pasos acercándose, como pequeños susurros, cada vez más próximos. 

<¡¡Hazte el dormido, hazte el dormido!!> - se repetía. 

Hubo un instante de silencio, nada se movía, ni tan siquiera el aire…no se atrevió a abrir los ojos ¿Había pasado? ¿Había funcionado? Entonces lo sintió; un frío increíble, un frío antinatural le sobrecogió todo el cuerpo.

- Muerteeeeeee

Lo último que tuvo tiempo de pensar fue <Hazte el dormido…ese sí es un cuento de vieja>

15 comentarios:

  1. Un liche de Halloween. ¿Puede haber una criatura más monstruosa suelta durante esta noche de espectros? Niños, haceros los dormidos y ya sabéis: no os disfracéis de elfos.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta es la mejor historia y si te hubiera
    podido votar lo habría hecho.
    Karen

    ResponderEliminar
  3. Está muy chulo.Me ha gustado mucho.Por ahora es la mejor historia que has escrito.
    Fdo: César Nieto Ocaña ^_^

    ResponderEliminar
  4. uuuuuuuu!!!que miedo profe tu si que sabes dar miedo!!!Fdo:Ainhoa Núñez Navarrete.

    ResponderEliminar
  5. Esta historia si que da mucho miedo. Me recuerda al Coco. Porque las viejas le decían a los niños para que se duerman.

    Fdo: María H

    ResponderEliminar
  6. La historia está guapísima me encanta
    Fdo:Juan Antonio

    ResponderEliminar
  7. Desde ahora pienso dormirme pronto.
    Alexa :()

    ResponderEliminar
  8. Profesor esta muy chula quiero que hagas otra Fdo:Kike Lopez Ortuño

    ResponderEliminar
  9. La historia me ha gustado mucho porque queda muy bien en la noche de Halloween.

    ResponderEliminar
  10. Esta historia es una verdadera historia de miedo. ¡Ideal para halloween!

    ResponderEliminar
  11. Como mola esta historia profesor sigue haciendo videos.
    María Martín

    ResponderEliminar
  12. Madre mía profe que miedo esta historia si le pones un vídeo,algunas imágenes o musica te queda divinamente aunque a si también da miedo.
    FDO:Silvia Palomares.

    ResponderEliminar
  13. Mira que un día vas a tu casa por el bosque de noche, y de repente PUM! te come un mounstro.
    -Fdo:Ernesto

    ResponderEliminar
  14. La verdad es que no da miedo y no existe y si existiera mucho mejor.
    fdo.Alejandro

    ResponderEliminar
  15. Profe es la mejor historia que he visto en mi vida.
    Fdo:Juan Antonio

    ResponderEliminar