viernes, 2 de mayo de 2014

Un invierno maldito



Les dedico esta historia a mi gran madre y a mi espléndido padre por haberme querido y cuidado todos estos años.
Un fuerte beso Papás.
Feliz día de la madre.

      Era un día soleado como siempre, las ranas croaban y un orco gordo verde y muy feo con los ojos rojos llamado Orquibull  se quejaba de  que había mucho Sol.

      Un mago creó una maquina hecha con magia blanca, es decir  la magia de los magos principiantes,  para que se cambiara el clima. Pero algo falló y se crearon duendes trigueros mutantes. Pero ese no era el mayor problema, nevó durante dos meses. Todas las casas estaban cubiertas de nieve. Solo unos pocos sobrevivieron en refugios. Los duendes fueron a un refugio y se comieron todos los suministros y la pocas semillas que quedaban. Lo peor era que  no tenían medicinas  y un solo resfriado podía ser mortal.

      Pidieron auxilio desde la caseta de al lado pero era una trampa de los trigueros para comerse la comida. Eran listos pero los orcos encontraron a nueve kilómetros un lugar con  Sol. Un duende mutó a la hija de Orquibull, se convirtió en duende y a continuación se metió en una muchila del orco. El ser cogió la mochila y echó una semilla que quedaba en el suelo. Llamó a tres personas más y se fueron de viaje al paraiso así llamaban a ese lugar soleado. Uno se murió por el camino pero los demás llegaron. Para alimentarse  se comieron un lecá mitad vaca mitad león, después plantaron unas semillas y así sobrevivieron. A parte los duendes se volvieron buenos gracias al Sol

Por Alejandro Jiménez

       

2 comentarios:

  1. Me gusta la forma que tiene el origen de los duendes, que nazcan de una máquina, y, que si les da el sol, se vuelvan buenos.

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  2. Es trepidante y muy imaginativo, de cada frase saldría una historia.

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