Les
dedico esta historia a mi gran madre y a mi espléndido padre por haberme
querido y cuidado todos estos años.
Un
fuerte beso Papás.
Feliz
día de la madre.
Era un día soleado como
siempre, las ranas croaban y un orco gordo verde y muy feo con los ojos rojos
llamado Orquibull se quejaba de que había mucho Sol.
Un mago creó una maquina hecha con magia blanca, es decir la magia de los magos principiantes, para que se cambiara el clima. Pero algo falló
y se crearon duendes trigueros mutantes. Pero ese no era el mayor problema,
nevó durante dos meses. Todas las casas estaban cubiertas de nieve. Solo unos
pocos sobrevivieron en refugios. Los duendes fueron a un refugio y se comieron
todos los suministros y la pocas semillas que quedaban. Lo peor era que no tenían medicinas y un solo resfriado podía ser mortal.
Pidieron auxilio desde la caseta de al lado pero era una trampa
de los trigueros para comerse la comida. Eran listos pero los orcos encontraron
a nueve kilómetros un lugar con Sol. Un
duende mutó a la hija de Orquibull, se convirtió en duende y a continuación se
metió en una muchila del orco. El ser cogió la mochila y echó una semilla que
quedaba en el suelo. Llamó a tres personas más y se fueron de viaje al paraiso
así llamaban a ese lugar soleado. Uno se murió por el camino pero los demás
llegaron. Para alimentarse se comieron
un lecá mitad vaca mitad león, después plantaron unas semillas y así
sobrevivieron. A parte los duendes se volvieron buenos gracias al Sol
Por Alejandro Jiménez
Me gusta la forma que tiene el origen de los duendes, que nazcan de una máquina, y, que si les da el sol, se vuelvan buenos.
ResponderEliminarEs trepidante y muy imaginativo, de cada frase saldría una historia.
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