En tiempos
del Rey Brazofort, los reinos del norte tuvieron que enfrentarse a las hordas
del Rey Calaverón. La lucha por hacerse con el Pergamino Elemental se extendió
por todas las aldeas y ciudades. Los orcos, llevados por la codicia, invadían
ciudades en busca del preciado Pergamino.
Hoy tomarás
la piel de un héroe anónimo de la ciudad de Krim situada al sur de
Siempreinvierno. Buena suerte.
Tu jarra
está casi vacía. El ruido de los huéspedes de la posada interrumpe de vez
en cuando tus pensamientos. Levantas la vista y observas todo lo que te rodea;
el calor de la chimenea central ilumina el salón con una luz tenue y agradable.
La gente habla alegremente, juegan a los dados y se distraen tras un duro día
de trabajo en el campo. Fuera, la noche comienza a caer y se prenden las
antorchas de las calles principales. Te sientes afortunado de
estar en una noche tan fría bajo techo pero tus músculos protestan y piden
aventura.
En ese
momento, las campanas de la ciudad
suenan estrepitosamente; es una alarma. Tu instinto te pone alerta, algo no
anda bien. El ruido de la gente gritando y corriendo te molesta pero estás
tranquilo, has vivido situaciones peores y sabes que perder la calma es lo peor
que puede suceder en estos casos. Al instante se abre la puerta de entrada a la
posada y hace su aparición una figura fornida y corpulenta que porta una
armadura de bella factura. Un portazo hace que todo el mundo quede en silencio,
el recién llegado se dirige al centro de la sala y alza la voz:
- ¡Ciudadanos! Soy el capitán de la guardia y traigo graves noticias. Nuestros exploradores han detectado un ejército de trasgos dirigiéndose a la ciudad.
Al escuchar
la palabra "trasgos" no puedes evitar que la rabia te domine.
Recuerdas que son criaturas de pequeño tamaño, tal vez un poco más grandes que
un niño de diez años, pero su terrible crueldad y su sed de sangre las hacía
muy peligrosas. Normalmente solían asaltar las caravanas en pequeños
grupos pero jamás habías oído que fuesen capaces de organizarse y menos como un
ejército. Era muy extraño. Sin duda, los rumores de una guerra entre orcos y
humanos empiezan a confirmarse.
Las palabras
del capitán enmudecieron aún más a la
gente de la posada, el miedo se percibe en el ambiente. El capitán continuó con
su discurso:
- Al parecer
es un grupo bastante numeroso, está bien armado y alcanzará las murallas de la
ciudad al amanecer - dijo lanzando un suspiro de decepción -
- Nuestros
exploradores huyeron antes de poder obtener información sobre el enemigo que
nos acecha. No sabemos a ciencia cierta cuál es su número, si dispone de
arqueros o si tienen máquinas de asedio.
El
tabernero, y dueño de la posada, se dirigió al capitán:
-Mi señor
¿Por qué nos cuenta todo esto? Nosotros solo somos gente humilde ¿Qué podríamos
hacer?
El capitán
asintió con la cabeza dando a entender al tabernero que entendía perfectamente
su pregunta y contestó:
- Como he
dicho nuestros exploradores han sido incapaces de averiguar nada útil sobre el
ejército de trasgos. Ahora mismo toda la guardia de la ciudad está ocupada
organizando las defensas y necesito que algún valiente alcance a la horda
trasga, lo observe y reúna toda la información posible. Dependiendo de las
cifras de su ejército, nuestros magos de la guardia podrían lanzar un hechizo
que facilitará la defensa de la ciudad.
En ese
momento el capitán miró a su alrededor y alzó la voz con autoridad - ¡¡Ofrezco 25
plerios al voluntario que se adentre en
los caminos y me traiga los datos que necesito sobre el ejército trasgo¡¡
El silencio
continuó en la sala, muchos agachaban su cabeza y la vergüenza sonrojaba sus
caras. En ese momento tu coraje despierta, te levantas de tu asiento y dices
con voz tranquila y pausada:
-Yo iré mi
señor, haré lo posible por ayudar a su gente.-
El capitán
te mira con media sonrisa en su cara y asiente con la cabeza aprobando tu
valentía. Acto seguido otro joven que jugaba a los dados se levanta y
dice:
- Yo también
iré, acabo de perder mi sueldo apostando lo poco que había ganado.
Algunas
risas contenidas se dejan oír en la sala debido al comentario del joven y
alivian un poco la tensión del momento.
El capitán
os reúne a los dos y os entrega un pergamino con los datos que solicita el mago
de la guardia. Tu compañero y tú os miráis, sabéis que es una misión peligrosa,
pero necesaria. Sin nada más que añadir el capitán se marcha tras un escueto
"suerte muchachos".
Te
pertrechas con lo necesario, no hacen falta armas, tan solo un par de pies
rápidos y sigilosos capaces de escapar a las miradas de un ejército entero de
trasgos. No obstante guardas una daga en tu cinto por si las moscas. Salís a la
carrera de la posada y en menos de un periquete os adentráis en las sombras del
bosque que rodea la ciudad.
Comienzas a
andar, intentando no hacer ni el más mínimo ruido. Tu compañero resulta ser un
campesino que conoce bien la zona y sus consejos y atajos resultan muy
prácticos. Tras varias horas de camino adviertes un repiqueteo de metal a lo
lejos seguido de unos gritos infernales. No puedes evitar que se te
ericen los pelos de la nuca ante tales sonidos. Rápidamente buscáis un lugar
adecuado donde esconderos y observar.
La cercanía
de la horda hace vibrar el suelo, su número es bastante grande. Te asomas y ves
que cada trasgo lleva una antorcha encendida, por lo que el espectáculo es
aterrador. Te centras en tu tarea y ves que el ejército tiene la forma de un
cuadro perfecto. No tienes mucho tiempo para pararte a contar por lo que
observas que de lado a lado hay una fila de 40 trasgos y que hay 10 filas más.
No te paras a contar más, ya que con una sencilla operación podrás obtener el
número total. Tu compañero mientras se ha estado fijando en otros detalles y se percata de lo siguiente:
Dos
octavos del ejército son de infantería ligera. Tres octavos; de
infantería pesada. Un octavo; de arqueros. Finalmente los que quedan
son: mitad piqueros y mitad encargados de maquinas de asedio.
Corres rápidamente
a la ciudad y vas en busca del capitán. La información que tienes es muy
valiosa pero necesita lo siguiente antes de darte la recompensa:
1º- Número exacto
de trasgos que componen el ejército.
2º- Número exacto
de trasgos de infantería ligera.
3º- Número exacto
de trasgos en infantería pesada.
4º- Número exacto
de trasgos arqueros.
5º- Número exacto
de piqueros.
6º- Número exacto
de encargados de maquinas de asedio.
Con estos
datos el mago podrá invocar una tormenta de fuego que azotará a las huestes
orcas antes de llegar a las murallas de
la ciudad. De ti depende el futuro de mucha gente. Es la hora de pensar si
quieres ganar 25 plerios.
Antes de
ponerte a resolver el problema, contesta estás preguntas:
1º) ¿En qué
lugar de Dambil te encuentras?
2º) ¿Qué
conflicto ocurre por aquel tiempo?
3º) ¿Por qué
luchan los humanos y los orcos?
4ª) En el
texto se habla de los trasgos como parte del ejército de Calverón ¿Cómo los
imaginas?
5º) ¿Qué
forma tiene el ejército de Calaverón? ¿Por cuántas filas está compuesto?
¿Cuántos soldados hay en cada fila? ¿Crees que estos datos te pueden ayudar a
resolver el problema?
Recuerda
mirar el principio del tema 7 de matemáticas, ahí podrás encontrar pistas para
solucionar este problema.
profesor es muy difícil.
ResponderEliminarMe gusta este problema es muy fácil y sencillo.Sobre todo me gusta como narras la historia en primera persona.
ResponderEliminarMe ha guatado mucho y me ha animado y motivado.
ResponderEliminarGracias, Alexa :)
Un planteamiento excelente.
ResponderEliminarQué ingenuos, creyéndose que esto les va a servir de algo
ResponderEliminarQue guay pero...¿Por qué es tan largo el problema?
ResponderEliminar; ) Karen
Me gusta la idea de hacer matemáticas de esta manera. Me gusta como narras la historia en 1º persona. Una idea excelente
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