miércoles, 29 de enero de 2014

Están muy cerca



En tiempos del Rey Brazofort, los reinos del norte tuvieron que enfrentarse a las hordas del Rey Calaverón. La lucha por hacerse con el Pergamino Elemental se extendió por todas las aldeas y ciudades. Los orcos, llevados por la codicia, invadían ciudades en busca del preciado Pergamino.
Hoy tomarás la piel de un héroe anónimo de la ciudad de Krim situada al sur de Siempreinvierno. Buena suerte.

Tu jarra está casi vacía. El ruido de los huéspedes de  la posada interrumpe de vez en cuando tus pensamientos. Levantas la vista y observas todo lo que te rodea; el calor de la chimenea central ilumina el salón con una luz tenue y agradable. La gente habla alegremente, juegan a los dados y se distraen tras un duro día de trabajo en el campo. Fuera, la noche comienza a caer y se prenden las antorchas de las calles principales. Te sientes afortunado   de estar en una noche tan fría bajo techo pero tus músculos protestan y piden aventura. 
En ese momento, las campanas de la  ciudad suenan estrepitosamente; es una alarma. Tu instinto te pone alerta, algo no anda bien. El ruido de la gente gritando y corriendo te molesta pero estás tranquilo, has vivido situaciones peores y sabes que perder la calma es lo peor que puede suceder en estos casos. Al instante se abre la puerta de entrada a la posada y hace su aparición una figura fornida y corpulenta  que porta una armadura de bella factura. Un portazo hace que todo el mundo quede en silencio, el recién llegado se dirige al centro de la sala y alza la voz: 

- ¡Ciudadanos! Soy el capitán de la guardia y traigo graves noticias. Nuestros exploradores han detectado un ejército de  trasgos dirigiéndose a la ciudad.

Al escuchar la palabra "trasgos" no puedes evitar que la rabia te domine. Recuerdas que son criaturas de pequeño tamaño, tal vez un poco más grandes que un niño de diez años, pero su terrible crueldad y su sed de sangre las hacía muy peligrosas. Normalmente solían asaltar las caravanas  en pequeños grupos pero jamás habías oído que fuesen capaces de organizarse y menos como un ejército. Era muy extraño. Sin duda, los rumores de una guerra entre orcos y humanos empiezan a confirmarse.

Las palabras del capitán enmudecieron  aún más a la gente de la posada, el miedo se percibe en el ambiente. El capitán continuó con su discurso: 

- Al parecer es un grupo bastante numeroso, está bien armado y alcanzará las murallas de la ciudad al amanecer  - dijo lanzando  un suspiro de decepción - 
- Nuestros exploradores huyeron antes de poder obtener información sobre el enemigo que nos acecha. No sabemos a ciencia cierta cuál es su número, si dispone de arqueros o si tienen máquinas de asedio. 

El tabernero, y dueño de la posada, se dirigió al capitán: 
-Mi señor ¿Por qué nos cuenta todo esto? Nosotros solo somos gente humilde ¿Qué podríamos hacer? 
El capitán asintió con la cabeza dando a entender al tabernero que entendía perfectamente su pregunta y contestó: 
- Como he dicho nuestros exploradores han sido incapaces de averiguar nada útil sobre el ejército de trasgos. Ahora mismo toda la guardia de la ciudad está ocupada organizando las defensas y necesito que algún valiente alcance a la horda trasga, lo observe y reúna toda la información posible. Dependiendo de las cifras de su ejército, nuestros magos de la guardia podrían lanzar un hechizo que facilitará la defensa de la ciudad.  

En ese momento el capitán miró a su alrededor y alzó la voz con autoridad - ¡¡Ofrezco 25 plerios  al voluntario que se adentre en los caminos y me traiga los datos que necesito sobre el ejército trasgo¡¡
El silencio continuó en la sala, muchos agachaban su cabeza y la vergüenza sonrojaba sus caras. En ese momento tu coraje despierta, te levantas de tu asiento y dices con voz tranquila y pausada: 
-Yo iré mi señor, haré lo posible por ayudar a su gente.-
El capitán te mira con media sonrisa en su cara y asiente con la cabeza aprobando tu valentía. Acto seguido otro joven que jugaba a los dados se levanta y dice: 
- Yo también iré, acabo de perder mi sueldo apostando lo poco que había ganado. 
Algunas risas contenidas se dejan oír en la sala  debido al comentario del joven y alivian un poco la tensión del momento.
El capitán os reúne a los dos y os entrega un pergamino con los datos que solicita el mago de la guardia. Tu compañero y tú os miráis, sabéis que es una misión peligrosa, pero necesaria. Sin nada más que añadir el capitán se marcha tras un escueto "suerte muchachos".
Te pertrechas con lo necesario, no hacen falta armas, tan solo un par de pies rápidos y sigilosos capaces de escapar a las miradas de un ejército entero de trasgos. No obstante guardas una daga en tu cinto por si las moscas. Salís a la carrera de la posada y en menos de un periquete os adentráis en las sombras del bosque que rodea la ciudad.
Comienzas a andar, intentando no hacer ni el más mínimo ruido. Tu compañero resulta ser un campesino que conoce bien la zona y sus consejos y atajos resultan muy prácticos. Tras varias horas de camino adviertes un repiqueteo de metal a lo lejos seguido de  unos gritos infernales. No puedes evitar que se te ericen los pelos de la nuca ante tales sonidos. Rápidamente buscáis un lugar adecuado donde esconderos y observar. 
La cercanía de la horda hace vibrar el suelo, su número es bastante grande. Te asomas y ves que cada trasgo lleva una antorcha encendida, por lo que el espectáculo es aterrador. Te centras en tu tarea y ves que el ejército tiene la forma de un cuadro perfecto. No tienes mucho tiempo para pararte a contar por lo que observas que de lado a lado hay una fila de 40 trasgos y que hay 10 filas más. No te paras a contar más, ya que con una sencilla operación podrás obtener el número total. Tu compañero mientras se ha estado fijando en otros detalles  y se percata  de lo siguiente: 

Dos octavos  del ejército son de infantería ligera.  Tres octavos; de infantería pesada. Un octavo;  de arqueros. Finalmente los que quedan son: mitad piqueros y mitad encargados de maquinas de asedio. 

Corres rápidamente a la ciudad y vas en busca del capitán. La información que tienes es muy valiosa pero necesita lo siguiente antes de darte la recompensa: 
1º- Número exacto de trasgos que componen el ejército.
2º- Número exacto de trasgos de infantería ligera.
3º- Número exacto de trasgos en infantería pesada.
4º- Número exacto de trasgos arqueros. 
5º- Número exacto de piqueros. 
6º- Número exacto de encargados de maquinas de asedio. 

Con estos datos el mago podrá invocar una tormenta de fuego que azotará a las huestes orcas  antes de llegar a las murallas de la ciudad. De ti depende el futuro de mucha gente. Es la hora de pensar si quieres ganar 25 plerios.
Antes de ponerte a resolver el problema, contesta estás preguntas:
1º) ¿En qué lugar de Dambil te encuentras?
2º) ¿Qué conflicto ocurre por aquel tiempo?
3º) ¿Por qué luchan los humanos y los orcos?
4ª) En el texto se habla de los trasgos como parte del ejército de Calverón ¿Cómo los imaginas?
5º) ¿Qué forma tiene el ejército de Calaverón? ¿Por cuántas filas está compuesto? ¿Cuántos soldados hay en cada fila? ¿Crees que estos datos te pueden ayudar a resolver el problema?

Recuerda mirar el principio del tema 7 de matemáticas, ahí podrás encontrar pistas para solucionar este problema.

7 comentarios:

  1. Me gusta este problema es muy fácil y sencillo.Sobre todo me gusta como narras la historia en primera persona.

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  2. Me ha guatado mucho y me ha animado y motivado.
    Gracias, Alexa :)

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  3. Qué ingenuos, creyéndose que esto les va a servir de algo

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  4. Que guay pero...¿Por qué es tan largo el problema?
    ; ) Karen

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  5. Me gusta la idea de hacer matemáticas de esta manera. Me gusta como narras la historia en 1º persona. Una idea excelente

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