martes, 19 de agosto de 2014

Smont el Héroe



Un día Coty paseaba por una de los muchos pasillos que hay en su casa, cuando de repente se detuvo a observar un cuadro. En él se podía contemplar toda su familia. Algo extraño le sorprendió:
·¡Mamá! ¿Quién es este desconocido y encapuchado elfo? - preguntó gritando el joven -
Era alto como una torre, robusto porque de pequeño le gustaba mucho comer, pero poco a poco fue cambiando y comiendo menos, hasta ahora que come lo justo y necesario, y siempre lo más saludable. Esta muy fuerte puesto que hace mucho ejercicio y entrena para las batallas y guerras contra otras tribus.

Su madre llegó y respondió a su pregunta:
·Este es mi hermano Smont y es de la guardia de los elfos. Hace mucho tiempo que no se de él. Se fue a una guerra y no le hemos vuelto a ver. Hablando de guerras, ¿sabes que le pasó en una de ellas que le marcó la vida?
·No cuéntamelo, cuéntamelo- canturreaba el niño-
·Está bien, está bien. Te lo contaré. Todo empezó hace muchos años cuando los orcos no se conocían. Eran una especie rara. Su gran ejército se aproximó a Dámbil. Empezó por las zonas de Siempre Invierno y fue descendiendo hasta nuestra ciudad “La gran ciudad de los elfos ” donde nuestro enorme ejército se defendió. Tu tío era joven, pero él siguió adelante con la lucha.
El pequeño elfo estaba alucinando con la historia que le estaba contando su madre. Tenía la boca abierta.
·Los orcos entraron en la ciudad- continuó la elfa- Smont alzó su espada y gritó “¡Por Dámbil!” y comenzó a luchar. Movía la espada con gran agilidad. Su cara tenía  chorreones de sudor y salpicaduras de sangre. Con cara de rabia y enfado cortaba cabezas, piernas, brazos y apuñalaba a montones de orcos. También contemplaba como sus compañeros morían desangrándose tirados en el suelo. Mientras observaba lo que sucedía a su alrededor....
·¡Zas! Un orco le cortó la oreja- sorprendió al elfo su hermana-
·Hola Des- saludó su madre-
·¡Sigue, sigue !- decía desesperado Coty-
·Está bien. Smont recuperó fuerzas mientras su oreja se desangraba y le hincó la espada con toda la rabia del mundo. La alzó de nuevo y lo partió por la mitad. Levantó la mirada y pudo observar millones de cuerpos de orcos y de elfos muertos. Era un lugar desierto donde no se oía ningún ruido y todo estaba cubierto por un manto rojo y verde de sangre.
La guerra había acabado y él había sobrevivido. Sus compañeros los llevaron a las casas de curaciones donde le vendaron la cabeza.
Una vez recuperado le otorgaron una medalla. Desde ese momento el fue muy feliz pero todos los días vestía con una capucha. Lo llamaron “El superviviente encapuchado”.
  Fin 
·¡ Guau! Una historia impresionante
Llamaron a la puerta y apareció su tío.
·Cuánto tiempo sin verte-gritaron al unísono- La familia reunida de nuevo hablaron sobre el viaje del “Superviviente encapuchado”

Escrita por María Palomares

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