Tras la guerra del Innombrable y la decisión de
Élestor, no todo era malo: las flores seguían floreciendo, los pajarillos
seguían piando…etc. En algunas pequeñas zonas de Dámbil, donde los dragones se habían escondido, crecían
dragones jóvenes. Siguiendo el ejemplo de otras raza ellos también se
organizaron en tribus pero el fuego era la más numerosa. Durante estos últimos
años lo han pasado muy mal después de la
desolación que dejó Dúlfenor.
Un día en Yeile, unas de la zonas más verdes de
Dambil, volaba un joven dragón llamado
Eisfen, sus escamas era rojas como el
fuego, sus ojos achinados pero hermosos
a la vez y una cola increíblemente
larga. Fue entonces cuando chocó con algo, cayó al suelo pero por suerte no
pasó nada grave. Había chocado con una dragona de hielo llamada Hemli, azul
como el cielo y tan hermosa que con una
mirada bastaba para acabar enamorado de
ella.
Cuando Eisfen iba a preguntarle si se había hecho
daño, ella salió volando gritando:
-Lo siento mucho, nos veremos pronto -dijo
mientras se alejaba-.
A Eisfen se le paró el corazón profundamente
enamorado, sintió que debía dedicar toda su vida a ella así que preguntó a los
cotillas de sus amigos y averiguó donde vivía, de qué tribu era...etc.
Un día, el enamorado sorprendió por la espalda a
la dragona bebiendo en un arroyo. Hemli, dedicándole todo su amor le dijo:
-Me gustas pero no podemos estar juntos porque, además
de que nuestras tribus se odian por ser
de elementos opuestos (hielo y fuego), mis padres dicen que si estuviera con un
dragón de fuego saldrían unos dragoncítos espantosos.
Así permanecieron un rato hablando hasta que se
dieron cuenta de que estaban enamorados y que afrontarían juntos cualquier
dificultad. Se fugaron y vivieron felices. Tuvieron unos bebes dragones
preciosos, a fin de cuentas sus padres se equivocaban.
Escrito por Silvia Palomares
Rodríguez
Qué chula Silvia
ResponderEliminarMuchas gracias César :). FDO:Silvia Palomares.
EliminarMuchas gracias César :)
ResponderEliminarPrecioso.
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