Tras saber que Titón se había marchado
con la Rosa Dorada estábamos un poco nerviosos e inquietos.
Aquella mañana me desperté con un
curioso olor a humo y con voces gimiendo y llorando. Abrí la ventana y me
encontré con todo Dámbil arrasada por los no-muertos. Llamaron a la puerta y
reconocí esa chispa en los ojos ¡Era Tinely, mi querido amigo de la infancia!
En su cara se le notaba auxilio y temor. Estaba junto Antelín, mi mejor amiga.
Me contaron todo lo que había pasado:
- ¡Hola! ¿Se puede saber qué os pasa? Os
noto muy raros.
- ¿No te has enterado?-Me pregunto
extrañada
- No- respondí yo sin tener ni idea de
lo que me hablaban-.
-Lo que ha pasado es que al romperse la
Rosa Dorada y la Hoz Sombría, rompieron la barrera que separaba el mundo de los
muertos y de los vivos -me explicó Tinely-.
- ¡Los no muertos están atacando
Dámbil!-añadió ella.
- Bien, pero... ¿A qué hora?
- ¡Inmediatamente!- respondí yo
Se convoca una reunión
urgente. Si estáis todos mejor.
Lugar: sala 21 pasillo2.
Hora: Inmediatamente.
Fdo: María
Huertas
Enseguida todos se encontraban en la
estancia:
¿Qué podemos hacer?- pregunto Christian.
De repente un murmullo ensordecedor
inundó toda la sala.
Sin que nos diésemos cuenta un extraño
se ser apareció en la sala. No tenía pinta de ser un no-muerto ni de estar al
servicio de Gormul. Se le veía angustiado y cansado. Braco, que así se llamaba,
habló:
- Tengo una terrible noticia (introdujo).
Estaba intentando escapar de los no-muertos en el lago infecto, cuando escuché
un extraño sonido. Me subí a la copa de un árbol cuando vi algo terrible ¡Los
no muertos se dirigen hacia aquí! Podrían entrar en el Bastión Elemental.
De nuevo se produjo ese ensordecedor
murmullo.
Juan Antonio dio su aportación:
-Si nosotros morimos y nos convertimos
en no muertos, nunca podremos salvar Dámbil. Tenemos que ponernos a cubierto.
-Podríamos refugiarnos en las antiguas
celdas en ruinas, ese terreno es seguro y conozco un lugar que está bajo tierra
en ese sitio-respondió María Martín-.
-Por el camino podríamos recoger a los
heridos -concluyó Alejandro.
-El camino será duro pero podemos
hacerlo -dijo Ainhoa- ¿Quién está de acuerdo?-
Todos levantamos la mano sin excepción
ninguna.
Al alba todos estábamos en camino. En
las montañas de Siempreinvierno, algunos estábamos cansados. Los caballos y los
pegasos estaban derrotados, los trolls no podían con su cuerpo, y para colmo
una gran tempestad nos sorprendió. Nos guarnecimos en una gran cueva llena de
murciélagos y muy oscura. De vez en cuando se escuchaba un pequeño crujido de
alguna rama. En un abrir y cerrar de ojos se apagaron todas las velas menos
una, un escalofrío nos recorrió el cuerpo. En ese momento vi una sombra que
estaba encima de nuestras cabezas, de fondo escuché unas pisadas (pom, pom,
pom) y unos lamentos que se dirigían hacia nosotros. Noté que me zarandeaban,
era Quique despertándome. Lo pasamos fatal y algunos de nosotros nos pusimos
enfermos. Menos mal que unos cuantos eran sanadores. Cuando pasó la tormenta
reemprendimos el camino.
Pasamos por el Valle Armonioso donde me hundí en las
arenas movedizas. Me salvé gracias a mis compañeros que apoyaron el hombro y me
rescataron.
Cuando pasamos por el Bosque Sombrío
una flecha pasó al lado de la nariz de
Ernesto. Gracias a Dios no le pasó nada .Todos nos quedamos asombrados y
corrimos todo lo que pudimos, aunque fue en vano porque en lo más profundo y
oscuro del bosque, un grupo de bandidos nos esperaba para saquearnos todo lo
que teníamos. En ese momento fue como si conectásemos con la mente porque todos
a la vez convocamos el mayor hechizo que teníamos, nos unimos y conseguimos
derrotarlos.
Cuando nos encontrábamos frente a las
antiguas ruinas no podíamos creérnoslo. Con María Martín a la cabeza nos
dirigimos hacia esa cueva de la que nos habló.
En las ruinas, me llamó la atención un
viejo molino de viento que se movía lentamente. El aire era húmedo.
Sobresaltaba un fuerte olor a pino. Agudicé el oído y escuche un búho cantar.
En el ambiente se notaba cierta tensión.
En la cueva nos acoplamos como pudimos
y pasamos la primera noche incomodísimos. Al día siguiente desayunamos lo poco
que teníamos y nos pusimos a entrenar por si acaso sucedía algo. Estuvimos
practicando todo el día hasta el atardecer.
Estaba anocheciendo, teníamos sueño y
un bajón de temperatura se apoderó de todos nosotros. De repente escuchamos un
ruido extraño. De lo más oscuro de la cueva apareció un gran grupo de
no-muertos. En ese mismo momento no sabíamos que hacer.
A lo largo de todo el camino habíamos
aprendido un montón de hechizos. Hicimos lo mismo que cuando no atacaron,
convocamos nuestro mejor hechizo e hicimos una convergencia. Conseguimos
derrotarlos a todos.
Karen se preguntó de dónde venían, así
que nos adentramos en la cueva con dos flaimers delante y dos detrás para
iluminar el camino. Alex, Silvia y César Criado
corrieron un montón porque les picaba la curiosidad. Delante de nosotros
nos encontramos con dos escritos. Uno con la mezcla de los Terrarrus y los Wouters
y otro con la mezcla de los Flaimergs y los Eolirs:
En el primero ponía:
De un sitio a otro te transportarás
pero un precio,
tendrás que pagar
El precio era renunciar a algún
hechizo.
El segundo:
Una barrera protectora
podrás crear
utilizando siempre
el bien y no
el mal
Decidimos utilizar esos dos conjuros
para volver a la ''Ciudad Flotante'', pero alguien tenía que renunciar a algún
hechizo. Decidí hacerlo yo ya que era el primer paso para ayudar a Titón y a
Dámbil, me pareció poco.
Cuando conjuré el hechizo una luz azul
como el cielo me elevó hasta que al final di vueltas sobre mi misma y me dejó
en el suelo. En la pared se abrió un agujero y cuando lo pasamos nos
encontramos en nuestro hogar. Trágicamente el castillo estaba invadido de no
muertos. En ese momento tuve un plan:
-Tinely, Antelín y yo nos vamos al
patio de armas para hacer el conjuro, mientras vosotros nos apoyáis luchando
contra ellos, ya que yo he perdido un hechizo que me podría servir.-Les dije-
Todos estuvieron de acuerdo así que nos
fuimos a lo más alto del castillo. Cuando lo convocamos una barrera invisible
cubrió todo el castillo. Bajamos y quedamos sin aliento y con una gran sorpresa
en el cuerpo....¡Todos habían desaparecido sin ninguna explicación! y con todos
me refiero a los no-muertos. Los demás estaban bien e igual que nosotros, no
podían explicarse nada. Antelín nos explicó que al crear la barrera protectora,
como nos protegía se libró de los no-muertos.
Esta aventura nos hizo estrechar lazos
y aprender cosas nuevas.
Me gusta pero no da miedo.
ResponderEliminar¡¡Me encanta la historia!! Está chulísima, me gusta un montón la forma de narrarla y el contexto. Lo que no me gusta mucho, es que cuando atacan a los no-muertos o a algunos bandidos del bosque, no explicas nada, sólo que se libraron rápidamente de ellos. Podrías haber puesto un poco más de conflicto y explicarlo mejor. Aún así... ¡¡enhorabuena!!
ResponderEliminarTe felicito María,has hecho una muy buena historia.: D
ResponderEliminarTiene sentido hacer una historia de halloween, en FEBRERO.
ResponderEliminarPOI POI POI POI POI POI POI POI