lunes, 17 de febrero de 2014

Halloween en Dambil



Tras saber que Titón se había marchado con la Rosa Dorada estábamos un poco nerviosos e inquietos.

Aquella mañana me desperté con un curioso olor a humo y con voces gimiendo y llorando. Abrí la ventana y me encontré con todo Dámbil arrasada por los no-muertos. Llamaron a la puerta y reconocí esa chispa en los ojos ¡Era Tinely, mi querido amigo de la infancia! En su cara se le notaba auxilio y temor. Estaba junto Antelín, mi mejor amiga. 

Me contaron todo lo que había pasado:
- ¡Hola! ¿Se puede saber qué os pasa? Os noto muy raros.
- ¿No te has enterado?-Me pregunto extrañada
- No- respondí yo sin tener ni idea de lo que me hablaban-.
-Lo que ha pasado es que al romperse la Rosa Dorada y la Hoz Sombría, rompieron la barrera que separaba el mundo de los muertos y de los vivos -me explicó Tinely-.
- ¡Los no muertos están atacando Dámbil!-añadió ella.
- Tenemos que convocar una asamblea urgente-
- Bien, pero... ¿A qué hora?
- ¡Inmediatamente!- respondí yo
Se convoca una reunión urgente. Si estáis todos mejor.
Lugar: sala 21 pasillo2. Hora: Inmediatamente.
Fdo: María Huertas
Enseguida todos se encontraban en la estancia:
¿Qué podemos hacer?- pregunto Christian.
De repente un murmullo ensordecedor inundó toda la sala.
Sin que nos diésemos cuenta un extraño se ser apareció en la sala. No tenía pinta de ser un no-muerto ni de estar al servicio de Gormul. Se le veía angustiado y cansado. Braco, que así se llamaba, habló: 

- Tengo una terrible noticia (introdujo). Estaba intentando escapar de los no-muertos en el lago infecto, cuando escuché un extraño sonido. Me subí a la copa de un árbol cuando vi algo terrible ¡Los no muertos se dirigen hacia aquí! Podrían entrar en  el Bastión Elemental.

De nuevo se produjo ese ensordecedor murmullo.
Juan Antonio dio su aportación:
-Si nosotros morimos y nos convertimos en no muertos, nunca podremos salvar  Dámbil. Tenemos que ponernos a cubierto.
-Podríamos refugiarnos en las antiguas celdas en ruinas, ese terreno es seguro y conozco un lugar que está bajo tierra en ese sitio-respondió María Martín-.
-Por el camino podríamos recoger a los heridos -concluyó Alejandro.
-El camino será duro pero podemos hacerlo -dijo Ainhoa- ¿Quién está de acuerdo?-
Todos levantamos la mano sin excepción ninguna.

Al alba todos estábamos en camino. En las montañas de Siempreinvierno, algunos estábamos cansados. Los caballos y los pegasos estaban derrotados, los trolls no podían con su cuerpo, y para colmo una gran tempestad nos sorprendió. Nos guarnecimos en una gran cueva llena de murciélagos y muy oscura. De vez en cuando se escuchaba un pequeño crujido de alguna rama. En un abrir y cerrar de ojos se apagaron todas las velas menos una, un escalofrío nos recorrió el cuerpo. En ese momento vi una sombra que estaba encima de nuestras cabezas, de fondo escuché unas pisadas (pom, pom, pom) y unos lamentos que se dirigían hacia nosotros. Noté que me zarandeaban, era Quique despertándome. Lo pasamos fatal y algunos de nosotros nos pusimos enfermos. Menos mal que unos cuantos eran sanadores. Cuando pasó la tormenta reemprendimos el camino.
Pasamos por  el Valle Armonioso donde me hundí en las arenas movedizas. Me salvé gracias a mis compañeros que apoyaron el hombro y me rescataron.

Cuando pasamos por el Bosque Sombrío una flecha pasó al lado de la  nariz de Ernesto. Gracias a Dios no le pasó nada .Todos nos quedamos asombrados y corrimos todo lo que pudimos, aunque fue en vano porque en lo más profundo y oscuro del bosque, un grupo de bandidos nos esperaba para saquearnos todo lo que teníamos. En ese momento fue como si conectásemos con la mente porque todos a la vez convocamos el mayor hechizo que teníamos, nos unimos y conseguimos derrotarlos.
Cuando nos encontrábamos frente a las antiguas ruinas no podíamos creérnoslo. Con María Martín a la cabeza nos dirigimos hacia esa cueva de la que nos habló.

En las ruinas, me llamó la atención un viejo molino de viento que se movía lentamente. El aire era húmedo. Sobresaltaba un fuerte olor a pino. Agudicé el oído y escuche un búho cantar. En el ambiente se notaba cierta tensión.
En la cueva nos acoplamos como pudimos y pasamos la primera noche incomodísimos. Al día siguiente desayunamos lo poco que teníamos y nos pusimos a entrenar por si acaso sucedía algo. Estuvimos practicando todo el día hasta el atardecer.

Estaba anocheciendo, teníamos sueño y un bajón de temperatura se apoderó de todos nosotros. De repente escuchamos un ruido extraño. De lo más oscuro de la cueva apareció un gran grupo de no-muertos. En ese mismo momento no sabíamos que hacer.
A lo largo de todo el camino habíamos aprendido un montón de hechizos. Hicimos lo mismo que cuando no atacaron, convocamos nuestro mejor hechizo e hicimos una convergencia. Conseguimos derrotarlos a todos. 

Karen se preguntó de dónde venían, así que nos adentramos en la cueva con dos flaimers delante y dos detrás para iluminar el camino. Alex, Silvia y César Criado  corrieron un montón porque les picaba la curiosidad. Delante de nosotros nos encontramos con dos escritos. Uno con la mezcla de los Terrarrus y los Wouters y otro con la mezcla de los Flaimergs y los Eolirs:
En el primero ponía:
De un sitio a otro te transportarás
pero un precio,
tendrás que pagar
El precio era renunciar a algún hechizo.
El segundo:
Una barrera protectora
podrás crear
utilizando siempre
el bien y no
el mal
Decidimos utilizar esos dos conjuros para volver a la ''Ciudad Flotante'', pero alguien tenía que renunciar a algún hechizo. Decidí hacerlo yo ya que era el primer paso para ayudar a Titón y a Dámbil, me pareció poco.

Cuando conjuré el hechizo una luz azul como el cielo me elevó hasta que al final di vueltas sobre mi misma y me dejó en el suelo. En la pared se abrió un agujero y cuando lo pasamos nos encontramos en nuestro hogar. Trágicamente el castillo estaba invadido de no muertos. En ese momento tuve un plan:

-Tinely, Antelín y yo nos vamos al patio de armas para hacer el conjuro, mientras vosotros nos apoyáis luchando contra ellos, ya que yo he perdido un hechizo que me podría servir.-Les dije-

Todos estuvieron de acuerdo así que nos fuimos a lo más alto del castillo. Cuando lo convocamos una barrera invisible cubrió todo el castillo. Bajamos y quedamos sin aliento y con una gran sorpresa en el cuerpo....¡Todos habían desaparecido sin ninguna explicación! y con todos me refiero a los no-muertos. Los demás estaban bien e igual que nosotros, no podían explicarse nada. Antelín nos explicó que al crear la barrera protectora, como nos protegía se libró de los no-muertos.
Esta aventura nos hizo estrechar lazos y aprender cosas nuevas.

Por María Huertas

4 comentarios:

  1. ¡¡Me encanta la historia!! Está chulísima, me gusta un montón la forma de narrarla y el contexto. Lo que no me gusta mucho, es que cuando atacan a los no-muertos o a algunos bandidos del bosque, no explicas nada, sólo que se libraron rápidamente de ellos. Podrías haber puesto un poco más de conflicto y explicarlo mejor. Aún así... ¡¡enhorabuena!!

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  2. Te felicito María,has hecho una muy buena historia.: D

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  3. Tiene sentido hacer una historia de halloween, en FEBRERO.
    POI POI POI POI POI POI POI POI

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